5 Consejos para comer menos carne

Septiembre, enero, lunes o simplemente ahora. Siempre es un buen momento para mejorar nuestros hábitos. Tanto por salud, sostenibilidad como por bienestar animal; entre los grandes hábitos que tenemos que logar como sociedad es reducir el consumo de carne. Nunca es tarde para empezar. Tampoco es tarde para volver a intentarlo.

Es probable que alguna vez te hayas planteado comer menos carne. Puede que incluso hayas intentado dar el paso al vegetarianismo, para unas semanas después volver “a lo de siempre”. Es normal. Mantener la fuerza de voluntada para ir constantemente contracorriente es agotador. Por eso este artículo se centra en 5 consejos para ayudarte a reducir tu consumo de carne a largo plazo. No es un reto. Buscamos formar nuevos hábitos que nos acerquen a una alimentación sostenible y saludable.

Como reducir el consumo de carne - alimentación sostenible

1) Prueba un plato vegetal nuevo cada semana

¿Te suenan los Lunes Sin Carne? Sin duda fue una tendencia muy positiva que desgraciadamente no termina de funcionar. Iniciativas tan concretas generan una dicotomía didícil de superar: tu normalidad contra un día a la semana que te esfuerzas muchísimo. Hagámoslo más fácil. Creemos una nueva normalidad. Creemos unos hábitos con los que en unas semanas, sin darnos casi ni cuenta, nuestro consumo de carne se habrá reducido notablemente.

Mi propuesta es más sencilla. Prueba algo nuevo cada semana y si te gusta incorpóralo a tu rutina. Puede ser una nueva receta que has visto en internet, un yogur vegetal para los desayunos o, simplemente, animarte a pedir la opción vegana en un restaurante. Si te gusta, querrás repetir. Si no te gusta, no pasa nada, hay muchas más opciones para seguir probando. ¿No sabes por donde empezar? Te dejo estas 10 recetas veganas para princpiantes.

2) Sustituye la proteína animal por proteína vegetal

No te quedes con hambre. Importantísimo. Si cambias el pollo por verduras, te quedarás con hambre. Debes poner el foco en las legumbres y sus derivados. Volviendo al ejemplo del pollo, puedes sustituirlo por frijoles en un burrito o por garbanzos en un curry. ¿Te parece poca proteína? Entonces la proteína vegetal texturizada es tu mejor opción.

Estos texturizados se consiguen a partir de la proteína de las legumbres. Las versiones de soja seguramente son las más conocidas, pero hay muchas otras variedades. Además del alto porcentaje de proteína, su principal ventaja es la versatilidad. Puedes usarlo para sustituir la carne picada de cualquier receta. Y no solo carne picada. Algunos preparados tienen forma de filete o tiras que pueden sustituir el pollo en tus recetas favoritas. Así que, volviendo al primer consejo, probar nuevos platos puede ser simplemente una pequeña adaptación de tus recetas favoritas.

3) Aumenta las frutas y verduras

Aunque quizás suene a contradicción con el punto anterior, lo mas probable es que necesites comer más frutas y verduras. Si tu concepto de “boloñesa” es solamente tomate frito y carne picada… Sí, la carne debemos sustituirla por una legumbre, pero a esa salsa le faltan verduras. ¿Qué tal un sofrito con cebolla y zanahoria?

Solamente el 35% de la población española consume verduras a diario. Uno de los motivos por los que comemos demasiada carne como sociedad es que nos hemos olvidado de que la fibra también es esencial. La mitad de cada comida debe componerse de frutas y verduras.

Si tu ya aplicas el plato harvard, perfecto; sáltate este punto. Si te encuentras en esa gran mayoría que debería comer más frutas y verduras, puedes empezar por aquí:

  • La fruta en cualquier momento está bien. De postre o entre horas junto a unos frutos secos es la opción más saludable para desplazar lácteos azucarados y embutidos.

  • La verdura “escondida” también cuenta. Aunque lo asociamos a la infancia, no tiene nada de malo aprovechar purés, salsas o unas hamburguesas de soja para añadir más verduras.

  • Vuelve al consejo 1 y prueba. No tienen porque gustarte todas las verduras, es cuestión de encontrar tus favoritas. Para eso necesitas probarlas en distintas preparaciones. Nadie diría que la coliflor al horno y la coliflor cocida son la misma hortaliza.

4) Infórmate poco a poco

La motivación inicial que te ha traido hasta este artículo se irá desgastando. Es normal. La realidad es que no necesitas un documental de 6 horas que te cambie la vida. Es mejor informarse poco a poco.

Cada mes publicamos en esta web un artículo sobre nutrición vegana. También tenemos una recopilación de libros sobre veganismo y sostenibilidad con una opción para cada interés.

Más allá de recomendarte algún contenido en concreto, para mantener ese mínimo de motivación lo mejor es seguir cuentas en redes sociales que hablen sobre el tema. Pueden ser recetas que te inspiren, divulgadores que aporten datos o, si de verdad quieres aprender todo sobre la industria cárnica, sigue a fotoperiodistas como Tras Los Muros.

5) Póntelo fácil

Por último te pido que no intentes hacerlo todo a la vez. Proponerte comer menos carne y a la vez cocinar todo desde cero y a la vez comprarlo todo a granel… Paso a paso. A nivel de alimentación sostenible lo más importante es reducir el consumo de productos animales. Intentar además comprar absolutamente todo a granel lo que va a conseguir es que nos frustremos y al final no hagamos nada.

El envase de los alimentos supone el 5,5% de su huella, el transporte el 4,8%. Con los datos en la mano, esto no es lo prioritario.

Preparar leche vegetal en casa está genial. A mi me encanta hacerlo de vez en cuando. Sin embargo, si vuelves a consumir leche de vaca porque no tienes tiempo para preparar la leche de almendras, ¿realmente de que nos sirve? No nos pongamos piedras adicionales en el camino.

En el punto 2 te recomendaba los texturizados de Nuveg sobretodo porque te hacen la vida fácil. Porque aprender a hacer albondigas veganas desde 0 puede resultarte un drama. Con su texturizado las tendrás en 5 minutos. Cuando encontramos opciones fáciles, como estas, es mucho más probable que las incorporemos a nuestra rutina.

Como truco extra te animo a que compartas este artículo con quien creas que tiene los mismos intereses que tú. El interés por la sostenibilidad y los derechos de los animales cada vez es más común. Desgraciadamente, existe mucha presión social entorno a la alimentación. El sentimiento de comunidad a la larga es mucho más importante que saberse de memoria los alimentos vegetales ricos en hierro. Y si crees que no tienes con quien compartirlo, me tienes a mi. Te dejo mis redes sosciales por si quieres hablar de tu experiencia reduciendo el consumo de carne.

Bárbara González Serrano

Bioquímica de educación. Profesora de bioestadística por profesión. Divulgadora de salud pública por pasión.

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