Trabajar para los animales, aún queda mucho por profesionalizar el tercer sector

Son muchas las profesiones asociadas al movimiento de derechos animales, por lo que no podemos hablar de un solo sector. Quizá en lo primero que pensemos sea en quienes hacen campañas a favor de los animales, o en periodistas que escriben artículos para generar debate en torno a su consideración en la sociedad, o las abogadas animalistas que preparan casos y acuden a juicios para pelear por los derechos de aquellos que siempre son inocentes. Aunque a veces no esté considerado como un trabajo, muchas personas lo reivindican como tal, hablamos de los cuidados de los santuarios de animales a los cuidados más especializados que llevan a cabo particulares en casas de acogida que sacan animales pequeños adelante. Algunas de estas profesiones son más invisibles: profesionales del SEO y la comunicación a prensa; expertos en código que trabajan en páginas web, o gestores de ONG que llevan el día a día de las cuentas y los impuestos de estas organizaciones. Otras, son más visibles, al ser también más directas, como la profesión de veterinaria, biología, etc. 


Hacemos hoy una radiografía de cómo está el movimiento de derechos animales y la forma de trabajar en estas asociaciones proveganismo o que promueven el bienestar animal.

Trabajar en ONGs animalistas

«Si queremos que el trabajo de las ONG en España sea eficiente y fructífero es necesaria gente muy preparada», dice la doctora Elena Lara, asesora sénior de ciencia y política de la organización internacional Compassion in World Farming. Lara defiende la especialización del tercer sector y la compensación adecuada a las capacidades de las personas que trabajan en estos temas. «Para hablar con las instituciones sobre ciertos problemas de bienestar animal o medio ambiente, es necesaria una formación científico-técnica y un criterio sobre las soluciones. Son necesarios también perfiles con conocimientos económicos, políticos, institucionales, mediáticos, y un largo etcétera», apunta Lara, de formación bióloga marina y experta también en bienestar animal y salud planetaria. 

Carla Cornellá, publicista y fundadora de FAADA, organización pionera en los derechos animales en nuestro país, cree que también esto es responsabilidad de la gente y de las instituciones: «no sé si se trata de un problema que debamos gestionar desde las organizaciones o más bien que hace falta un trabajo de concienciación pública y de los gobiernos». No le falta razón ya que, por definición, el tercer sector se encarga de aquellos huecos que no se están cubriendo por parte de las instituciones en el bienestar de las personas, los otros animales o nuestro entorno, todo sin ánimo de lucro. Anteponiendo lo colectivo a lo personal y privado.

Precariedad, desigualdad salarial y falta de financiación

Uno de los principales problemas que ha afrontado el movimiento de derechos animales desde su impulso en España, hace varias décadas, es la falta de financiación para contratar a este tipo de perfiles con más preparación. Por lo que en muchas ocasiones, el trabajo de ciertos departamentos de estas asociaciones ha recaído en las horas no remuneradas extra que puedan hacer la gente de forma voluntaria. «Derivar trabajos a personas que tienen buena voluntad, pero no están capacitadas para ello, puede contener riesgos que perjudiquen a la imagen de la asociación», explica Laura Jiménez, responsable de comunicación de la Unión Vegetariana Española. 

Trabajar en ONGs animalistas

Otra persona, que prefiere ser anónima para dar su testimonio, asegura que «la precariedad en el movimiento está a la orden del día: no son pocas las asociaciones internacionales que tienen a gente viviendo en mansiones dirigiendo los esfuerzos de otras personas, que sí dependen del trabajo que cobran por hora y son freelancers, o trabajan por debajo de su categoría profesional». Contratar a gente autónoma tiene ventajas tanto para empresas como para ONG, ya que la persona a la que contratan tiene que hacer frente a todos sus impuestos, pagarse todos los gastos derivados de su trabajo y la ONG se ahorraría también los costes de despido e indemnización, así como la seguridad social de la persona empleada. «Mi mejor consejo es que si pueden, busquen un buen abogado y un sindicato, porque luego te dejan tirado sin ningún tipo de consideración a los años trabajados, en cuanto los donantes bajan el dinero. Es mejor recortar personas, que quitarse ellos parte de lo mucho que cobran», termina. 

Esto cuadra con lo investigado por Faunalytics en sus estudios sobre la desigualdad salarial en el movimiento, con un 21% de personas abandonando estos trabajos por no estar lo suficientemente bien compensados, en Estados Unidos y en Canadá. La doctora Andrea Polanco, científica líder detrás de este estudio, también le dió un buen repaso a la diferencia salarial, muy cuantiosa, entre los señores blancos y las personas de comunidades racializadas o mujeres del movimiento. También se ve una diferencia abismal, entre la media que se cobra en las organizaciones estadounidenses de derechos animales, Polanco ha calculado que la media son de 80.000€ anuales, a los salarios que vemos en Europa. 

Si eres autónomo o tienes un pequeño negocio, el prejuicio de que si trabajas por los animales tienes que hacerlo gratis, también está arraigado: «No en pocas ocasiones han contactado con mi despacho para que les asesore gratis y la consulta es sobre la compra de un cachorro por el que han pagado 3000€», dice Lola García, abogada y CEO del despacho “Derecho y Animales”. «Cuando les digo que yo cobro por mi trabajo ya no les interesa. Éstos son los casos más graves, pero también me ocurre con asociaciones y protectoras que sé que tienen pocos recursos económicos, pero yo no puedo financiar sus proyectos porque tengo facturas que pagar», asegura.  

Prejuicio que se agrava, cuando incluímos la variable de género. Sin embargo, invertir en estos proyectos, cuando el movimiento de derechos animales también es una cuestión feminista, es apostar por las mujeres. Según la doctora Estela Díaz, el 71% de las personas activistas en España son mujeres, dato que aumenta según The Vegan Society al 80%. El Ministerio sindical de Hacienda explicaba, a datos de 2024, que se necesitarían más de 25 años para acabar con la desigualdad financiera grave que afecta a mujeres y a hombres. Por lo que pagar a las profesionales que trabajan por los animales, es también una cuestión de igualdad y justicia social. Dice la abogada Lola García que «afortunadamente también hay muchas entidades que dan el paso (pagando) que entienden que la denuncia es otra manera de  ayudar a los animales». Porque sienta precedente, dotando de jurisprudencia específica para otros casos, y ayuda a que se conozcan los derechos de los animales en los medios de comunicación. 

Una buena forma de asegurar la continuidad de estos proyectos es seguir el ejemplo de FAADA, que llevan en pie - de forma continuada y asegurando la profesionalidad del sector-, ya veinte años. Su directora, Carla Cornellá nos dice: «Es importante huir de la dependencia de una única fuente de financiación, por ejemplo de donaciones individuales. Explorar otras vías de financiación, como colaboraciones con empresas, subvenciones públicas y privadas, y la creación de productos o servicios que generen ingresos puede ayudar a garantizar la sostenibilidad y dar una imagen de solidez hacia la sociedad». Cuidar a las personas, además de a los otros animales, forma parte del ethos de la asociación y así lo explica su directora: «En FAADA, nuestra cultura laboral se fundamenta en valores que no solo promueven el bienestar de los animales, sino también de las personas que integran nuestro equipo», dice. «Creemos que un ambiente de trabajo saludable y motivador es clave para lograr un impacto positivo y sostenible en la protección animal», continúa. 

Para la doctora Elena Lara, el tema se zanja de forma clara: «Es necesario el reconocimiento de que trabajar para el tercer sector es una profesión y una carrera como en cualquier otro sector, y por lo tanto, hay que reconocer el talento, el trabajo y asumir que esas personas necesitan ganarse la vida igual que el resto», asevera. «No podemos dejar que el trabajo esencial de las ONGs se base en voluntariados sin un reconocimiento salarial y profesional», finaliza. 

Trabajar en ONGs animalistas

Criterios para mejorar la transparencia y la profesionalización en las ONG

Tras varios escándalos de supuestas entidades de protección animal que no estaban registrados como asociaciones y han sido gestionados por particulares, con los problemas personales interfiriendo en el bienestar y salud de los animales; y tras lo que denunciaban varias personas que han trabajado gratis para lucrativos eventos veganos como la Vegan Women Summit,  hay más prudencia que nunca a la hora de darse de alta como madrina o socia o apoyar a una organización. Con el coste de vida incrementándose de forma inclemente y el capitalismo haciendo estragos en las ya frágiles economías domésticas, cada euro cuenta y debemos saber en qué se invierte.  Hay una serie de criterios específicos que deben cumplir las asociaciones para que estos trabajos se comiencen a tomar en serio y su profesionalización sea efectiva. Para Carla Cornellá estos criterios están claros y los organiza así:

  • «Transparencia y rendición de cuentas: Es crucial que las organizaciones seamos transparentes en cuanto a nuestra financiación, gastos y logros. Publicar informes anuales y datos claros sobre cómo utilizamos los recursos genera confianza en el público y puede conllevar potenciales donaciones.  

  • Estructura organizativa clara: Además de tener los roles bien definidos, es vital contar con un plan estratégico a corto, medio y largo plazo para alinear esfuerzos hacia objetivos comunes.

  • Capacitación continua del equipo y del voluntariado: Invertir en formación al equipo en la gestión de proyectos, marketing digital, mediación y captación de fondos para afrontar los desafíos.  

  • Colaboración intersectorial: Establecer alianzas con otras ONG, empresas, instituciones educativas y organismos gubernamentales con el fin de ampliar nuestro alcance y el impacto. 

  • Uso de métricas y evaluación del impacto: Implementar indicadores y herramientas de evaluación para medir el impacto de las campañas y programas, asegurando que se logren resultados tangibles y efectivos».

Jiménez también está de acuerdo con que es urgente una mayor transparencia de las ONG hacia dónde y en qué se invierte el dinero. Dice Laura Jiménez que «es fundamental generar confianza con las personas asociadas o que siguen y apoyan el trabajo de una organización sin ánimo de lucro; eso se consigue con transparencia en la gestión económica, sabiendo en qué se invierte el dinero».

Trabajar en ONGs animalistas

Igual que cree que la unión hace la fuerza y así lo expresa: «Creo que hay un aspecto que por suerte ha ido mejorando con el paso del tiempo y que es fundamental para un activismo saludable y es el trabajar, coordinarse y colaborar con otras organizaciones que vayan en la misma línea o que puedan ser claves para ciertos objetivos. Estrechar lazos siempre suma y trabajar de manera aislada no aporta diversidad». En este punto también está de acuerdo Cornellá que pide que colaboremos más entre las distintas entidades: «Muchas veces tendemos a trabajar de forma aislada y es importante no perder de vista la importancia de crear redes que nos permitan compartir recursos, ideas y estrategias». 

Por último, hay que mejorar y trabajar aún más la comunicación. A pesar de que las ONG animalistas están infrafinanciadas, Laura Jiménez insiste en que debemos tener presencia online «si no estás en redes no existes, por lo que es importante estar presente, cuidar la imagen y el mensaje con el que cada asociación quiere verse representada y sobre todo ser cercanos y transparentes con la gente que nos sigue». Cornellá, de FAADA, dice con respecto a esto que «a menudo, las ONG carecemos de estrategias de comunicación que conecten efectivamente con el público general y con medios de comunicación. Una comunicación clara, empática y basada en hechos y datos puede ayudar a generar más apoyo y comprensión de la causa». Con respecto a la comunicación, Lara también apunta a nuestra credibilidad de esta forma: «deberíamos mejorar nuestra imagen pública y hacernos ver como un sector profesional y con méritos académicos»

Qué hacer si aún así queremos trabajar en el movimiento de derechos animales 

El sufrimiento de los otros animales es de los más extensos e intensos en el mundo. Ayudarles es urgente y cada apoyo que podamos dar a las entidades que hacen las cosas bien es fundamental. En el altruismo efectivo se hace mucho hincapié en que la gente encuentre trabajos lucrativos y done una buena parte de su sueldo a estas ONG. Pero alguien tiene que liderar y trabajar en estos proyectos también. 

Así que si a pesar de la precariedad laboral actual, la inseguridad económica, la posible falta de transparencia, los abusos de poder que denuncian las trabajadoras de algunas organizaciones, el efecto negativo en nuestra salud mental o las jornadas interminables, aún queremos ayudar a los otros animales y desarrollar nuestra carrera laboral en el asociacionismo, hemos preguntado a las entrevistadas cuáles son sus mejores consejos para que podamos tener éxito. 

Lo primero es formarse bien, apuntan tanto Lara como Cornellá. Dice Carla Cornellá: «Formarse y especializarse en formación académica o técnica en áreas relevantes, como el derecho animal, el conocimiento de la administración pública, la incidencia política, las relaciones públicas, la comunicación, la gestión de ONG, la resolución de conflictos, etc. puede abrir muchas puertas y contribuir a tener éxito».  

Trabajar en ONGs animalistas

Elena Lara anima también a la gente a salir fuera a aprender del tercer sector en zonas donde este trabajo tiene más recorrido y está más afianzado, y lo cuenta así: «En el norte de Europa, trabajar para una ONG está muy valorado y el tercer sector está muy desarrollado. Creo que vivir esa experiencia y tener personas que puedan trasladar el mismo modelo a España, es importante». 

También hacen hincapié en la importancia de tejer redes con personas que tengan los mismos intereses o hayan pasado por lo mismo, así lo expresa Laura Jiménez de la UVE: «ser una persona activa e involucrarse en diferentes asociaciones o colectivos para conocer diferentes formas de trabajo. Esto te dará perspectiva y experiencia, pero, sobre todo, te ayudará a conocer otras personas con tus mismas inquietudes y tejer una buena red».

Se suele decir que éste es el primer movimiento de liberación en la historia que no lidera el colectivo oprimido, y no es porque los animales no tengan voz y agencia, ya que se defienden y pelean por su vida. Pero las campañas de concienciación, incidencia política, los cuidados y las decisiones las tomamos los humanos. Con toda la responsabilidad que eso conlleva. Es fundamental que recordemos que nosotras también somos animales cuando trabajamos con otras personas. Con el foco en profesionalizar cada vez más todas las profesiones, sin que falten también los derechos humanos.


Dos lecturas extra que os recomiendo es este artículo que escribí para eldiario.es de “El Síndrome de Fatiga Por Compasión” y “Nadie me Pagará por Llorar” de Faunalytics. 

Imágenes profesionales cedidas por The Vegan Agency

Paula González Carracedo

Soy Paula, una madrileña que ha conseguido hacer de su pasión, la comunicación, su herramienta de trabajo para ayudar a quienes lucháis por hacer del mundo un lugar más habitable a contar mejor vuestra historia. Comunicadora , licenciada en ADE del 86 y CEO de The Vegan Agency. Vegana, preguntona y enamorada de la gente bonita. Escribo mucho aunque a mi lo que más me gusta es hablar, debatir y montar planes de comunicación. Aspiro a ser quien mi perra creía que soy.

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