7 Probióticos Veganos
En e La microbiota, o el microbioma, se compone de todos los microorganismos que habitan dentro de nosotros. Mantenemos una relación mutualista, bastante más sana que muchas relaciones de pareja. Para recibir hay que dar. Nosotros principalmente aportamos a las bacterios alimento y a cambio ellas producen algunas vitaminas y nos protegen de posibles patógenos. Esta relación hay que cuidarla. ¿Cómo? Básicamente consumiendo prebióticos y probióticos.
Los prebióticos se refieren a la fibra, el alimento favorito de nuestras bacterias. A su vez, los probióticos corresponden a cuando tomamos directamente las bacterias. Se habla mucho del yogurt de vaca como fuente de probióticos, pero hay muchas más opciones. Vamos a ver unas cuantas.
Aviso, este contenido está pensado para aportar opciones veganas a gente que quiere consumir probióticos. Si tienes alguna dolencia y crees que los probióticos te ayudarían primero acude a un profesional sanitario que te aconseje.
Yogures y quesos, fermentados y veganos. Quizás te pille por sorpresa, pero los yogures veganos tienen probióticos. Esa es la diferencia entre yogur y postre. Para asegurarte de que es un yogur de verdad solamente tienes que leer los ingredientes y buscar que ponga "fermentos ...". Igual con los quesos veganos. Los artesanos, los más ricos, son fermentados.
Incluso puedes prepararlos caseros. Yo hace poco me animé y estoy formando un imperio de yogures de avena. Esta es la magia de los probióticos, se multiplican. Haces una tanda y del último sacas otra nueva.
Encurtidos. Aceitunas, pepinillos, cebolletas... Un tentempié delicioso y probiótico. Así de sencillo. La cantidad de probiótico es mayor cuando el encurtido no lleva vinagre. Aún así, si te gustan más con vinagre, como me pasa a mi, opta por esa opción. La comida es salud, pero también disfrute. No lo olvidemos.
Hortalizas fermentadas. Chucrut, kimchi, calabacín fermentado... Quizás suene raro, pero es porque no lo has probado. En el libro de recetas No Matarás de Reinas y Repollos hay una sección entera dedicada a los fermentos que ha revolucionado mis meriendas. Solo te digo que: hummus con calabacín fermentado es una apuesta ganadora.
Tempeh, el primo perdido del tofu. Es un alimento que se consigue con la fermentación controlada de alguna legumbre y/o grano. El más tradicional es el de soja, pero también son comunes los de garbanzos y guisantes. Tiene un sabor peculiar, fuerte. Puede que lo odies, que te encante o, lo más probable, que tengas que aprender a cocinarlo a tu gusto. En cualquier caso, es una muy buena fuente de proteína y probióticos (hay que cocinarlo poco para no matarlos).
Miso, un condimento singular. El miso se utiliza mucho en la cocina asiática y cada vez se está abriendo más camino en occidente. Algunos llevan grasa de pescado, cuidado con eso. Pero no te preocupes, hay muchos sin productos animales. Yo la verdad que le tengo muchas ganas a este ingrediente. Aprender a cocinar comida asiática es mi nuevo reto.
Bebidas fermentadas, nada como unas burbujas. La kombucha se ha puesto muy de moda, pero no es la única. El kefir también tuvo su momento de fama y se mantiene bastante. En este caso te diría también que cuidado, no nos forcemos tampoco. No hay que forzar el paladar a la bebida del momento. Yo tomo kombucha cuando salgo a cenar fuera porque me gusta más que cualquier refresco. También me encanta el tepache que prepararan mis amigas. Marina y Sergio, estoy esperando con muchas ganas que podamos repetir.
Por último, un buen suplemento de probióticos veganos. Para que estos suplementos sean veganos es imprescindible que la capsula sea vegetal. La mayoría de los que se venden en farmacia son a base de gelatina. Una vez comprobado que son veganos mi segunda recomendación es que incluya un PRE-biótico. Sería una pena invertir en un suplemento y que se “desperdicie” el probiótico por no tener un buen ambiente para crecer.
Como ves hay opciones para consumir probióticos veganos, tanto alimentos como suplementos. Me gusta hacer estas recopilaciones porque a veces el contexto cultural, o de marketing, nos hace que recordemos solamente una opción. También, aprovechadno que hemos empezado hablando de yogures, también hay muchas fuentes vegetales de calcio.
Como siempre gracias por leer hasta el final. Te espero en comentarios y por las redes sociales.
Un saludo,
Bárbara